Realizado por MVZ Armando Galán Madrigal

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La producción de carne de pollo es una de las actividades productivas más importantes del país, su alto consumo en la población y los beneficios que trae al consumidor han aumentado las necesidades de producción para cubrir la alta demanda. Estos aumentos han traído consigo mayores retos, que implican ser eficientes en cada uno de los procesos productivos. Para lograr este objetivo, el productor debe llevar a cabo ciertas medidas a las cuales se les denomina, medicina preventiva, estas además de dar salud y bienestar a los animales ayudan a mejorar la calidad del producto final que se ofrece al consumidor y acerca al productor a los parámetros que tiene planteados en sus objetivos.

El concepto de medicina preventiva es muy amplio, son medidas sanitarias que se aplican con el fin de mantener la salud de los animales, mejorar la productividad y disminuir las pérdidas económicas para el productor. En lo referente a la producción de pollo de engorda, dentro de la medicina preventiva se encuentran los calendarios de vacunación, manejo de cama, procesos de bioseguridad, medicaciones, nutrición, entre otros procesos que pueden variar dependiendo de los desafíos a los que nos enfrentamos y los cuales serán diferentes de acuerdo con la zona en la que estemos trabajando. Cada uno de estos aspectos tendrá su repercusión en mayor o menor medida en la producción de carne, sin embargo, forman parte de un todo, por lo cual no debemos desestimar ni restar importancia a su aplicación.

Se considera como uno de los pilares en la producción de pollo, gran parte del éxito que tendrá una explotación va a depender del calendario de vacunación que se esté aplicando. Sin embargo, esta misma importancia hace que sea tan complejo definir, cuándo y qué vacunas utilizar. Para tomar esta decisión debemos tomar en cuenta las enfermedades presentes en la zona que se encuentran nuestras aves, el tipo de vacuna a utilizar, la vía por la cual administraremos e incluso la temporada del año en la que nos encontremos.

Para México, la inmunización contra la enfermedad de Newcastle, marek, gumboro, e influenza H5N2 son las de mayor importancia. Por lo general, la vacuna de Marek es aplicada in ovo por la incubadora antes del nacimiento, al día 18-19, sin embargo, debemos asegurarnos al momento de la recepción con cual o cuales vacunas nos entregan la parvada, ya que es posible acompañar la vacunación de marek y gumboro en la misma aplicación de la incubadora. En caso de no ser aplicada in ovo, las aves deben ser inmunizadas contra marek y gumboro al día 1 de edad por vía subcutánea.

Posteriormente debemos inmunizar contra la enfermedad de newcastle e influenza H5N2 entre los días 4 y 7, es recomendable realizar las dos aplicaciones durante un mismo manejo, para evitar mayor estrés en la parvada. Podemos lograr esto utilizando dos vías de aplicación distintas, vacuna contra la enfermedad de newcastle cepa La Sota por vía ocular, e influenza H5N2 por vía subcutánea. En zonas con muchos desafíos ante estas enfermedades se debe hacer un refuerzo de estas dos vacunas a los 14 días de edad, para este refuerzo se pueden utilizar vacunas emulsionadas, con el cual las aves alcanzaran titulaciones de anticuerpos mayores, aumentando el nivel de protección con el que contamos. Además de las vacunas emulsionadas, también se puede utilizar una vacuna tipo clon contra la enfermedad de newcastle por vía oral y esta vacuna nos dará titulaciones protectoras en menor tiempo.

Si nuestras aves se encuentran en un lugar con exposición a mosquitos, o en temporada de lluvias, se debe considerar vacunar contra viruela, ya que los mosquitos son vectores necesarios para la propagación de la enfermedad. Esta vacuna se aplica por punción en el pliegue del ala, se debe hacer del lado derecho en todas las aves, y realizar una revisión a los 7 días post aplicación observando la zona de la punción, en la cual deberá encontrarse una pápula, para esta revisión podemos seleccionar 100 aves y sacar un porcentaje de efectividad de nuestra vacunación. Esta vacuna la podemos agregar al primer manejo que realizaremos entre los días 4 y 7 de edad, utilizando tres vías distintas de aplicación, viruela en el pliegue del ala, influenza por vía subcutánea y newcastle por vía ocular.

Además de las vacunas que se han mencionado anteriormente, el médico veterinario debe considerar agregar las vacunas que sean necesarias en la zona que están trabajando, para lograr un calendario de vacunación cerrado que permita proteger de manera adecuada a sus aves.

La coccidiasis es una enfermedad causada por protozoos, del género Eimeria, que se caracteriza por lesiones a nivel intestinal que producen diarreas sanguinolentas y bajas en la producción. Se conocen varias especies que afectan a los pollos de engorda, E. máxima, E. tenella, E. brunetti, E. acervulina y E. necatrix son las de mayor importancia en producción. Estas coccidias se transmiten vía oral, y son eliminadas del cuerpo en las heces fecales, necesitan dos condiciones ambientales para su supervivencia, calor y humedad, estas condiciones las pueden encontrar fácilmente en las camas de las casetas del pollo de engorda. Sin embargo, se puede controlar su propagación con manejos preventivos, calendarizando semanalmente el trabajo de la cama, moviéndola para que todo el material (aserrín, viruta, cascarillas, etc.) pueda ventilarse de manera adecuada y así evitar la acumulación de humedad. En lugares con alta humedad, será complicado controlar la coccidia solo con manejos preventivos de la cama, en estos lugares, podemos vacunar o se puede controlar agregando medicaciones calendarizadas a partir de la tercera semana de edad, con intervalos de 15 días entre las medicaciones y respetando el periodo de retiro necesario antes de la venta. El toltrazuril ha demostrado eficacia en el control preventivo de las Eimerias, por lo cual se considera una buena opción para estas medicaciones.

La bioseguridad ha sido unos de los temas más estudiados relacionados con la producción animal, la aplicación de las medidas básicas de bioseguridad sumado a un calendario de vacunación y control de parásitos siempre tendrá resultados positivos. A pesar de no aplicarse directamente en las aves, como en el caso de las vacunas o medicaciones, su ejecución permite que el resto del programa de medicina preventiva aumente sus posibilidades de éxito, por el contrario, al no llevar a cabo acciones de bioseguridad el programa preventivo estará condenado a fracasar.

Estas medidas de seguridad son ampliamente conocidas: Arco y túnel de desinfección, tapetes sanitarios, control de fauna externa, el baño diario al ingreso a las instalaciones, control de visitas, el sistema todo dentro y todo fuera, el correcto lavado y desinfección de las casetas entre el final de un ciclo y el inicio del siguiente, entre otras. No existe ningún calendario de vacunación que vaya a ser exitoso si no lo acompañamos con acciones de bioseguridad estrictas que eviten el ingreso de enfermedades a la granja, en esto radica la importancia y la seriedad con la que se deben aplicar estas medidas.

La aplicación correcta de medidas preventivas en la producción de pollo permite aumentar la productividad, reducir pérdidas, pero principalmente ayuda al bienestar y mantiene la salud de las aves. Sin embargo, las necesidades serán distintas para cada granja, por lo cual el médico veterinario, o el productor debe identificar los desafíos a los que se enfrenta y adecuarlas para lograr sus objetivos. Siempre debemos tomar en cuenta que a pesar de la inversión que significa llevar a cabo estas acciones, los beneficios que obtendremos con su aplicación serán mayores y los veremos reflejados en la obtención de mejores resultados productivos, mayores ganancias de peso diarias, mejores conversiones y la obtención de alimentos de mayor calidad que beneficiarán directamente al consumidor.

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